Oculto. Misterioso. Subterráneo. En todas las ciudades subyace un mundo paralelo, poblado de inmensos laboratorios en constante ebullición. San Francisco no podía ser menos.Sus habitantes son los Francisquitos: unos seres rosáceos que minuciosamente elaboran complejos ungüentos para que la ciudad externa siga siendo multicultural, divertida, plural y diferente. Son héroes anónimos.Nunca he estado en San Francisco. Tan sólo el cine y la televisión me han permitido acercarme a ella. Una densa niebla me separa de la imagen real. Hoy viajaré hasta allí, pero será un viaje diferente: sin pasaporte ni equipaje.Ellas son Irati y Haizea, y desde este momento se convertirán en mis ojos. Serán mis guías en un viaje imaginario. A través de su mirada inocente y transparente descubriré los misterios de la ciudad. Están echando a suertes qué medio de transporte tomarán para emprender esta nueva aventura.Irati es el nombre de un río navarro y también el de una selva que alberga uno de los hayedos más grandes de Europa. Siguiendo el cauce de su nombre, Irati decide embarcarse en un gran velero. Haizea, es viento en euskera. Más etérea que la primera, opta por el cohete. No quiere llegar a la luna, pero sí contemplar la ciudad desde las alturas. Comienza la cuenta atrás. Abróchense los cinturones, que comienza el viaje.Me sumo a Irati para surcar las aguas de esa inmensa bahía. Aguas que se convierten en espejos donde se reflejan sueños truncados, libertades ahogadas y huidas hacia adelante. A esta ciudad llegaron en la década de los sesenta miles de personas en busca de libertad. Levanto la cabeza atónita. Y ahí está. Por fin. Majestuoso, impresionante. Un auténtico dios de hierro. Es el Golden Gate. Irati está pensativa. No entiende porqué no se llama Red Gate si es de color rojo. Le digo que simplemente es una de las tantas contradicciones propias de los adultos. Todo sería mucho más sencillo si siguiéramos la lógica de los niños.Mientras tanto Haiza ha cogido la altura suficiente para disfrutar de las vistas. Tiene su atención puesta en el mismo punto que nosotras. Con una sola diferencia: ella no ve un puente, sino un gigantesco arpa. El viento choca contra sus cuerdas y el sonido resultante despierta a esos Francisquitos subterráneos. El Golden Gate se convierte por unos instantes en el nuevo flautista de Hamelín.Una dulce melodía que traspasa las barreras del agua. Sólo los peces más extraños sobrevivirán a este embrujo musical.Su mirada se desvía a una sinuosa calle: es la Lombard Street. La más coqueta de todas. Recién salida de la peluquería, alza su melena ondulada al aire, sabedora de que es una de las más aclamadas por los turistas.Irati hace un alto en el camino. Abandona el barco. Prefiere tener los pies en la tierra. Por eso opta por uno de los tranvías tan típicos del lugar.Así sentirá más de cerca esas pronunciadas cuestas.Pero ¡ojo! El asfalto sobre el que están no es más que el tejado abuhardillado de un complejo de casas bajo tierra propiedad de esos Francisquitos rosáceos. Ahora todo encaja. Ese mundo misterioso acoge seres de todas las especies y condiciones. Es el encanto oculto de San Francisco. Tan plural y dispar tanto por dentro, como por fuera.Son los nuevos hippies que toman el testigo a aquellas antiguas generaciones antibelicistas.Atrás quedan esas cruentas batallas internas contra las normas establecidas que, en forma de fantasmas, atacaban silenciosamente.Así es el San Francisco visto desde la mirada de un niño. Una visión limpia, naif y colorista. Quizá sólo son ellos los únicos capaces de ver la vida en 3D.
BRAVO ITZI! Los Francisquitos deben sentirse muy orgullosos de tu maravilloso relato, y a partir de ahora seguro estarán muy solicitados con la de gente que va a ir a visitarlos, jaja
La mirada de Irati y el valor de Haizea me encantan, el relato tiene vida, pasión y sobre todo dulzura llena de misterio. Me encanta Itziar Velasco y comparto sus ideas y sus pasiones. Sus relatos están llenos de vida, color…ME ENCANTA…genial Itziar…
Francisquitos, Irati, viva irati me encanta y me gusta mucho el relato de Itziar, soy muy fan de ella, ya estoy esperando el próximo. Este verano iré a San Francisco. Gracias Itziar por tu imaginación y este maravilloso relato.
Maravilloso Itzi! Entran unas ganas enormes de visitar la GRAN ciudad de San Francisco! Gracias por tu gran microrrelato.
Quiero conocer a los Francisquitossss!! jejeje
genialll itziiiiii geniallll
Muchas gracias Mario!!!!
BRAVO ITZI! Los Francisquitos deben sentirse muy orgullosos de tu maravilloso relato, y a partir de ahora seguro estarán muy solicitados con la de gente que va a ir a visitarlos, jaja
Uyyy los Francisquitos… la próxima vez… «Los Francisquitos van al Manolo» jejeje
Cuando vaya a San Francisco como niña grande que soy prometo buscar con ahínco a nuestros queridos Francisquitos…
I Promise… Cross My Heart!
Te será fácil… Conociéndote, te atraerán como a un imán.
La mirada de Irati y el valor de Haizea me encantan, el relato tiene vida, pasión y sobre todo dulzura llena de misterio. Me encanta Itziar Velasco y comparto sus ideas y sus pasiones. Sus relatos están llenos de vida, color…ME ENCANTA…genial Itziar…
Muchas gracias Teresa!!!
Que grande eres, itxi, con esa imaginacion.No la dejes nunca. Es tu “marca” de la casa y mantenerla te hace especial
Triniiiiiiiiiiiiiiii… «marca» de las setikas de Iruña 🙂
Francisquitos, Irati, viva irati me encanta y me gusta mucho el relato de Itziar, soy muy fan de ella, ya estoy esperando el próximo. Este verano iré a San Francisco. Gracias Itziar por tu imaginación y este maravilloso relato.