Expectante…sigue caminando…bajo el arco, se detiene a encenderse un cigarro…para saborearlo observando detenidamente la iglesia que, orgullosa, se oculta amenazante tras los estrechos y deteriorados callejones…acalorada por el bochorno veraniego, se aparta con delicadeza las enormes gafas de sol para refrescar, con cierto mimo, su rostro sudoroso….observa con recelo y curiosidad la fauna autóctona cuando uno de ellos le pregunta si tiene papel de liar…se sienta en el bordillo de la fuente para observar durante unos segundos su refrescado reflejo…los desórdenes musicales que emanan de la guitarra de un anónimo aspirante a músico interrumpen sus pensamientos…las estrepitosas carcajadas de una pareja le hacen volver a la realidad…y los impactos de las remotas balas dibujan en su memoria los gritos de aquellos alumnos de la escuela Sant Felip Neri asesinados por la aviación franquista…distraída con las recientes farolas encendidas busca con insistencia su móvil en el bolso para observar que, sin haberse percatado, el tiempo se detuvo al atravesar el carrer de Montjuïc del Bisbe…sorprendida, aprovecha para inmortalizar ese momento que desearía mantener siempre intacto en su retina… click!curiosa, recorre una a una las ventanas encendidas preguntándose por la vida de los habitantes que se esconden en el anonimato…de pronto, una heladora pero gratificante brisa contonea con gracia su dorada melena…y al descubrir las vetustas gárgolas que observan intimidantes un silencioso escalofrío recorre con rapidez su delgado cuerpo…inquieta, desvía su mirada hacia el suelo para observar una sombra que, como por arte de magia, desaparece fugazmente dejando a su paso una brillante estela…consciente de que, de repente, está completamente sola en la plaza, decide volver a recostarse sobre el borde de la fuente para paladear el acogedor silencio que tan sólo interrumpe con disimulo el sonido del agua…hipnotizada, examina el dulce vuelo de una escuálida hoja que termina aterrizando pausadamente sobre la palma de su mano…unas parpadeantes farolas desafían su curiosidad y, decidida, se adentra en otro callejón…cuando, repentinamente, miles de hechizantes luces doradas la envuelven brutalmente para desaparecer una vez que ya ha perdido el conocimiento…el discreto sonido del móvil indicando que tiene un mensaje le despierta de un sobresalto, y un mudo «Dios mío!», resuena en su cabeza… atónita y decepcionada al ser consciente de la realidad, repasa uno por uno los muebles de su dormitorio pintados con cierto sigilo por los madrugadores rayos de sol que se cuelan elegantemente a través de la persiana… al remover con brío su voluminosa melena se percata de las gotas de sudor que refrescan su nuca… un retador «Mensaje recibido» parpadea con insistencia en la pantalla del móvil… desbloquea el aparato y lee el mensaje anónimo… «No ha sido un sueño, guarda el secreto…». Su desconcierto es interrumpido por el ruido del aspirador… «Madre, mía!!! Tengo que contárselo a Isa!», piensa mientras que, de un salto, sale disparada en busca de su compañera de piso… De pronto, a mitad del infinito y aspirado pasillo, se para bruscamente… rápidamente reconoce la misma heladora brisa de su ¿sueño? recorriendo esta vez todo su cuerpo… un torrente de dulces sensaciones hacen que dé media vuelta a la vez que, como un silbido, de su voz todavía dormida sale un afirmante: «Tranquilo… tu secreto está a salvo conmigo…». Y, mientras cierra con una planificada discreción la puerta de su dormitorio, una exuberante y sonora sonrisa se dibuja en sus labios…
…pssst pssst… me guardo el secreto…
😉 no se lo digas a nadie…